Un duelo de película que no tuvo final feliz.
Porto y Al Ahly protagonizaron un auténtico thriller en la última jornada del Mundial de Clubes 2025. Goles, drama, errores y orgullo marcaron un 4-4 tan vibrante como inútil: ambos quedaron eliminados.
Con la esperanza encendida, el Al Ahly saltó al campo como si todo dependiera de ellos. El equipo egipcio, dirigido por Jose Riveiro, mostró personalidad desde el primer minuto, empujado por la ambición de un hombre: Wessam Abou Ali, el protagonista inesperado de la noche.
A los 15 minutos, un resbalón fatal de Estupiñán abrió la puerta para que Fathi asistiera al delantero palestino, que no perdonó. Era el 0-1 y el inicio de un combate de alto voltaje. El Porto reaccionó con orgullo y Rodrigo Mora igualó con una jugada individual al filo del área chica. Pero antes del descanso, un penalti sobre Zizo permitió que Abou Ali sellara su doblete y devolviera la ventaja al equipo africano.
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Y entonces, estalló la locura.
En solo ocho minutos del segundo tiempo, hubo tres goles: William Gomes empató con un disparo preciso, Abou Ali firmó su hat trick con un cabezazo letal y Samu Omorodion volvió a empatar con otro testarazo. Un 3-3 imposible de predecir y con media hora aún por jugarse.
El caos continuó: Ben Romdhane volvió a poner por delante al Al Ahly con un misil desde fuera del área. El Porto, herido, se lanzó a por todo y lo encontró al borde del abismo. Cuando el cronómetro agonizaba, Pepe cazó un balón suelto y fusiló a El Shenawy para el 4-4 definitivo.
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Pero el golpe mortal no vino desde la cancha… sino desde otro estadio.
En paralelo, Inter Miami y Palmeiras también empataban. Ese resultado, combinado con el del partido, dejaba a Porto y Al Ahly matemáticamente fuera. Ninguno pudo sumar una sola victoria en el torneo, pero se marcharon dejando una batalla digna del recuerdo.
Una película sin final feliz. Pero una que, como las mejores historias, se queda grabada en la memoria.
