Una bestia herida, un panda suelto y una remontada de película en Montjuïc
En el corazón de Montjuïc, el fútbol se convirtió en montaña rusa. El Barcelona y el Celta de Vigo regalaron uno de esos partidos que no se olvidan. No por el resultado, sino por la forma. Por la locura. Por la emoción. Por el drama.
Borja Iglesias, el “Panda”, encontró el escenario perfecto para su obra maestra: un hat-trick de visitante ante el líder de LaLiga, su primero en Primera División. Durante más de una hora, el Celta soñó con tumbar al Barça y cambiar el guion de una temporada que les ha exigido más de lo que han podido ofrecer.
Pero el fútbol, caprichoso como es, tenía reservada otra historia.
Con un 1-3 en contra y el reloj pisando los talones del tiempo, el Barça mostró su versión más resiliente. Dani Olmo encendió la chispa. Raphinha igualó. Y fue el mismo brasileño, con la sangre fría desde el punto penalti en el minuto 98, quien firmó una remontada de esas que marcan campeonatos.
“Hubo errores, sí. Pero también coraje. Y cuando parecía que el Panda había domado al gigante, el gigante despertó”, dijo Hansi Flick tras el pitido final.
Honor for Glory ✊ pic.twitter.com/4ymcuhowtl
— FC Barcelona (@FCBarcelona) April 19, 2025
El Celta, valiente, eléctrico y sin miedo, se va con la cabeza en alto. El Barça, exhausto pero líder, manda un mensaje claro: si hay que morir, se morirá luchando. Pero si hay que ganar, se ganará como esta noche: con el corazón fuera del pecho.