En Anfield, donde los ecos de la historia nunca callan, se vivió una noche de esas que parecen escritas para el cine. El Liverpool derrotó 3-2 al Atlético de Madrid en un partido de locura gracias a Van Dijk, donde los rojiblancos volvieron a tocar la épica, pero terminaron cayendo en el último suspiro.
El inicio fue una pesadilla. Apenas seis minutos y los ‘reds’ ya mandaban con dos goles de ventaja, una montaña imposible de escalar para la mayoría. Pero el Atlético no es cualquiera. El equipo de Simeone, acostumbrado a crecer en la adversidad, empezó a dar señales de vida. Muy lentamente, muy poco a poco, pero con carácter.
¡Gol del Liverpool! 🔥⚽️ Dos tantos en menos de 10 minutos.
— Nayib MF (@NayibMF) September 17, 2025
¡Salah amplía la ventaja ante el Atleti#ChampionsLeague pic.twitter.com/Mo1Ojw1bXJ
Marcos Llorente, protagonista de aquella noche de marzo de 2020 que silenció a Anfield, revivió su idilio con un doblete (fuente: UEFA Champions League). Con eso devolvió la esperanza a los suyos y empató la batalla 2-2. Sin embargo, en los infiernos nunca hay tregua: Virgil van Dijk apareció en el añadido para marcar el 3-2 definitivo, recordando que tentar a Anfield tiene precio.
Más allá del marcador, el duelo dejó claves claras: la pegada y la velocidad del Liverpool fueron demasiado, con un centro del campo dominado por Szoboszlai. Salah volvió a ser decisivo con gol y asistencia. En contraste, Lenglet vivió una noche para el olvido, y Giuliano Simeone intentó encender las alas rojiblancas sin recompensa.
La polémica también se hizo presente. El árbitro Maurizio Mariani anuló un penalti tras revisión en el VAR, y los ‘reds’ protestaron el 2-1 de Llorente por un posible fuera de juego posicional de Griezmann.
La noche, además, estuvo cargada de simbolismos: Oblak alcanzó los 500 partidos con el Atlético, Griezmann los 450, Alisson llegó a 200 victorias con Liverpool y el joven Rio Ngumoha (17 años, 19 días) hizo historia al debutar en Champions.
El golpe más amargo llegó después del pitido final: el ‘Cholo’ Simeone fue expulsado tras encararse con un aficionado. Una postal de tensión para cerrar un partido que, como tantas veces con el Atlético, fue un viaje entre el sufrimiento y la esperanza.