El Atlético de Madrid vuelve a pisar el césped. La tensión se respira en cada rincón de Majadahonda. La cuenta regresiva para el derbi de Champions contra el Real Madrid ha comenzado, pero el horizonte rojiblando aparecen sombras preocupantes. dos bajas claves.
Diego Simeone, con su inconfundible energía, dirige la sesión matutina. Ordena, corrige, exige. Pero sabe que hay algo que no puede cambiar: la ausencia de Koke y César Azpilicueta, dos hombres que encarnan la jerarquía y la experiencia en noches como esta.
El capitán rojiblanco, el mismo que ha sostenido al equipo en mil batallas, se resintió ante el Celta hace más de dos semanas. Desde entonces, su nombre ha desaparecido de las convocatorias. Cuatro partidos fuera y un parte médico que solo habla de una «lesión muscular en la pierna derecha». El tiempo corre y el Bernabéu se acerca.
Azpilicueta, curtido en mil batallas europeas, tampoco estará. El lateral se rompió en Mestalla, pero el diagnóstico definitivo no llegó hasta después de la batalla en Barcelona. «Dolencia moderada en la pierna derecha», comunicó el club. Traducción: otro soldado menos para Simeone.
Mientras los titulares ante el Athletic Club hacen trabajo regenerativo, el resto el plantel entrena con intensidad. Samuel Lino, clave en el último duelo liguero, se ejercita en pleno rendimiento. Pero las dudas crecen: ¿podrá el Atlético resistir el embate de un Madrid implacable sin su capitán y sin un defensor de peso?
La cita está marcada: martes, Santiago Bernabéu. Europa mira. Simeone busca respuestas. Y el Atlético, con bajas sensibles, se aferra a su espíritu de lucha para desafiar al destino.
