River debuta con triunfo y carácter en el Mundial

River debuta con triunfo y carácter en el Mundial

En un torneo donde los ojos del mundo comienzan a agudizar su mirada, River Plate decidió presentarse con un mensaje claro: no importan las luces individuales, sino la intensidad colectiva.

El debut de los argentinos en el Mundial de Clubes frente al Urawa Reds tuvo ritmo, dominio y hasta advertencias. Pero, sobre todo, tuvo esencia. Esa que impone un equipo que lleva años forjando carácter desde la base del esfuerzo.

Los dirigidos por Marcelo Gallardo salieron con los dientes apretados y una presión alta que asfició desde el primer minuto a los japoneses. El primer aviso llegó al 9′, con un disparo de Driussi que se estrelló en el palo. Solo tres minutos después, una jugada colectiva coronó el 1-0. Facundo Colidio, con un cabezazo preciso tras una asistencia quirúrgica de Acuña, encendió el marcador.

Franco Mastanuono, la joya recientemente adquirida por el Real Madrid, fue foco de todos los reflectores. Y aunque su energía inicial prometía magia, se fue apagando entre intentos fallidos. River, mientras tanto, seguí siendo un bloque sólido.

Urawa intentó reaccionar. Incluso empató momentáneamente con un gol anulado de Hoibraten por fuera de juego. Esa chispa japonesa se mantuvo viva hasta el descanso, momento en el que River coqueteó con la relajación… y casi lo paga caro.

Pero los errores también escriben historias. Un mal pase del capitán nipón al portero terminó en posesión de Driussi, que anotó el segundo con esfuerzo… y se lesionó en el intento. Aun así, el 2-0 era justicia.

Matsuo, la gran figura del Urawa, se encargó de meterle suspenso al encuentro. Provocó y convirtió un penal para acercar a su equipo. Sin embargo, Maxi Meza llegó desde atrás como un tren invisible para firmar el 3-1 definitivo. Otra asistencia de Acuña. Otra muestra de sincronía.

River dominó. River avisó. Y sobre todo, River dejó claro que este equipo está para más. Si bien Mastantuono no brilló como se esperaba, el ‘Millonario’ demostró que las estrellas pueden iluminar, pero el grupo es el que gana partidos.