Oviedo destituye a Paunovic

Oviedo destituye a Paunovic

La mañana del jueves se rompió la calma en el Carlos Tartiera: el Real Oviedo comunicó por sorpresa que Veljko Paunovic deja de ser entrenador del primer equipo y que su cuerpo técnico también finaliza su vinculación con la entidad. En el comunicado oficial, el club agradece la «profesionalidad, compromiso y dedicación» del técnico, y recuerda el ascenso histórico logrado la pasada temporada.

La decisión —según medios locales— se anunció minutos antes del inicio de la sesión de entrenamiento, lo que amplificó la sensación de urgencia y sorpresa entre la plantilla y la afición. Para muchos, la ruptura llegó de forma inesperada; para la directiva, la gestión exigía un replanteamiento inmediato.

Paunovic había sido la figura clave del regreso de Oviedo a la élite: tomó el mando a finales de la pasada temporada y condujo al club al ascenso tras 24 años fuera de Primera División, gestando una reconciliación entre equipo y afición que todavía coleaba en la memoria carbayona. Esa gesta le valió la renovación hasta junio de 2026, un detalle que subraya la radicalidad del giro anunciado hoy.

¿Qué motivo el corte? En el apartado puramente numérico, el balance del arranque de curso era preocupante: el Oviedo acumulaba apenas seis puntos tras ocho jornadas —un rendimiento que le dejaba en la zona baja de la tabla y en una situación que la directiva estimó insostenible—. El último tropiezo —la derrota en casa por 0-2 frente al Levante— pareció acelerar la decisión.

La percepción pública del problema fue doble, por un lado, la fragilidad ofensiva (el equipo había anotado muy pocos goles en el inicio liguero) y, por otro, la pérdida de fortaleza en el Tartiere, donde el conjunto encadenó derrotas que desgastaron la paciencia institucional. El reparto de responsabilidades acabó inclinando la balanza hacia un relevo técnico.

El club afronta ahora una transición con plazos cortos: el próximo compromiso del Oviedo es en casa ante el Espanyol el 17 de octubre, un encuentro que obliga a una gestión rápida del banquillo interino y a una búsqueda urgente de perfiles que devuelva estabilidad y punto de partida táctico.

El recuento final de la etapa de Paunovic en cifras confirma una carrera reciente intensa: 22 encuentros dirigidos, con 11 victorias, 4 empates y 7 derrotas —un saldo que mezcla la épica del ascenso y la volatilidad del paso por la élite. Ese dato explica la ambivalencia del expediente: éxitos recientes contrastan con el exigente ritmo de resultados que impone Primera División.

En términos de gestión institucional, la decisión del Oviedo entra en la lógica contemporánea del fútbol: la propiedad y la dirección deportiva priorizan reacción rápida ante señales deportivas negativas para preservar la viabilidad en la categoría. El caso carbayón vuelve a poner sobre la mesa preguntas clásicas (¿cuándo pesa más la memoria del ascenso y cuándo el calendario presente?) y plantea, en caliente, el debate sobre plazos de confianza y planificación a medio plazo en clubes que acaban de ascender.