Orgullo y gloria: la batalla del Barça en la Champions

Orgullo y gloria: la batalla del Barça en la Champions

El vestuario del Barcelona está en silencio. No es la calma tensa de la previa de un partido, ni la concentración habitual antes de un gran duelo. Es un silencio que pesa, que duele. El lunes, en la rueda de prensa previa a la vuelta de los octavos de final de la Champions League contra el Benfica, Hansi Flick lo dejó claro: este no es solo un partido, es una cuestión de honor.

El equipo llega con ventaja tras el 0-1 en Lisboa, pero el fútbol, a veces, es más que un resultado. Hace unos días, el club perdió a una de sus piezas más valiosas fuera del campo: el doctor Carles Miñarro, un hombre que dedicó su vida a cuidar de los jugadores. Su ausencia ha calado hondo, y el técnico alemán lo sabe. «Carles era parte del puzle de nuestro éxito», confesó Flick, con un tono más humano que estratégico.

Pero en el fútbol, la emoción debe convertirse en impulso, y el Barça tiene un reto ineludible: ganar. «Queremos jugar bien y dedicárselo a Carles», sentenció el entrenador. El equipo ha trabajado en cada detalle, desde el posicionamiento hasta la intensidad en la presión, conscientes de que el Benfica, dirigido por Bruno Lage, no cederá fácilmente.

El rival ya es un viejo conocido. En menos de mes y medio, se han visto las caras en tres ocasiones, y Flick no espera sorpresas: «Sabemos cómo juegan y ellos saben cómo jugamos». En un escenario donde los márgenes son mínimos, cada error puede ser letal. Las transiciones del Benfica son su mayor arma, y el Barça deberá contrarrestarlas con inteligencia y determinación.

En cuanto a las piezas clave, Flick despejó dudas sobre Lewandowski. El delantero polaco, ausente en el partido aplazado ante Osasuna, está listo para jugar. También elogió a Raphinha, quien se ha convertido en un factor diferencial esta temporada, y a Szczesny, el muro bajo los tres palos.

Pero no todas son buenas noticias. Ángel Di María, pieza clave en el Benfica, será baja, algo que, según la prensa argentina, es un golpe para los lisboetas. Flick reconoció su talento, pero evitó entrar en detalles. «Es un jugador fantástico y siempre un peligro», admitió.

El partido es más que un simple trámite. Es un duelo de emociones, de presión y de legado. El Estadio Olímpico Lluís Companys será el escenario de una batalla donde el Barcelona no solo jugará por su pase a cuartos, sino por el recuerdo de quien estuvo siempre con ellos, en cada triunfo y en cada caída.

El pitido inicial marcará el momento de la verdad. No hay margen para la duda. Solo queda ganar.