La tormenta blanca que se llevó al City
El fútbol es un juego de detalles, pero hay noches donde la diferencia es abismal. El Santiago Bernabéu, testigo de innumerables gestas, presenció otra exhibición de grandeza: el Real Madrid, comandado por un Kylian Mbappé intratable, borró del mapa al Manchester City de Pep Guardiola con un contundente 3-1 (6-3 en el global). Un partido que pintaba para ser un duelo táctico terminó en una sentencia inapelable.
Desde el inicio, los blancos marcaron el ritmo. Pep Guardiola, quien sorprendió dejando a Erling Haaland en el banquillo, vio cómo su equipo tambaleaba sin respuesta ante el huracán Mbappé. La ausencia de John Stones, lesionado en los primeros minutos, fue otro golpe letal para los ‘citizens‘.
La estadística del partido fue demoledora: un solo jugador eclipsó a todo un equipo. Mbappé anotó un hat-trick de antología, como si llevara tatuado en la piel el destino del Real Madrid en la Champions. Su primer gol, una definición sutil por encima de Ederson tras un pase quirúrgico de Raúl Asencio, encendió la mecha de la locura madridista.
El segundo, una obra coral en la que Vinícius, Rodrygo y el propio Kylian desmantelaron la zaga del City con una secuencia de pases que terminó con un remate letal. Y el tercero, una jugada individual que pasó de ser un simple avance a una pintura de museo: bicicleta, recorte y disparo raso al palo más alejado.
Mientras el Real Madrid disfrutaba de su paseo triunfal, el City se desmoronaba. Apenas un disparo lejano de Gvardiol y un intento de Foden fueron el único suspiro de los visitantes. Nico González maquilló el marcador con un gol en el último suspiro, pero era demasiado tarde. La batalla estaba perdida.
Con la eliminación en el bolsillo, el Madrid ya mira a los octavos de final con la confianza de quien ha encontrado en Mbappé a su próximo emperador. Mientras tanto, Guardiola afronta un escenario incierto. Su proyecto en el City tambalea y su continuidad, hasta hace poco indiscutible, ahora se tiñe de dudas.
Europa ha hablado: el Madrid sigue siendo el rey de la Champions. Y con un Kylian Mbappé en estado de gracia, la pregunta es inevitable: ¿quién podrá detenerlo?