Un derbi sin alma.
Así se puede resumir el Manchester City vs Manchester United que terminó 0-0 en el Etihad. Lo que alguna vez fue una batalla de titanes, se convirtió en un duelo gris, carente de calidad, intensidad y emoción. Ni los fantasmas del pasado se atrevieron a aparecer.
El City, con la posesión eterna pero sin profundidad, y el United, que supo contragolpear pero no ejecutar, se repartieron un punto que pesa como plomo. Los dirigidos por Pep Guardiola quedaron en el quinto lugar, con la Champions todavía al alcance… pero tambaleando.
El Newcastle viene por detrás, dos puntos debajo pero con dos partidos menos. La amenaza es real. La hegemonía del City, campeón de las últimas cuatro Premier Leagues, pende de un hilo. Desde la temporada 2009/10 no se ausenta del Top 4. Esa racha histórica puede terminar pronto.
En la otra esquina del cuadrilátero, el United intenta salir a flote. Alcanzó el lugar 13, muy lejos de cualquier aspiración real por clasificación europea. Su única carta a la Champions es la Europa League, un camino incierto para un equipo que parece no saber cómo rematar.
Kevin De Bruyne, leyenda viva del club, regresó como titular tras anunciar que esta podría ser su última temporada en el City. Pero su actuación fue un reflejo del equipo: sin chispa, sin alma. El belga ya no impone. Ya no brilla. Solo queda su sombra.
The action from today's draw at Old Trafford 📺 pic.twitter.com/2mFQeN1S6d
— Manchester City (@ManCity) April 6, 2025
El derbi dejó pocos momentos para recordar. Garnacho y Foden desperdiciaron las más claras. Zirkzee y Mount, entrantes desde el banquillo, empujaron al United en el cierre, pero Ederson y Rico Lewis evitaron el desastre. Al final, Guardiola y Amorim se fundieron en un abrazo que fue más un acto de cortesía que de satisfacción.
Manchester está en crisis. Y por primera vez en mucho tiempo, ninguno de los dos parece tener un plan claro para salvarse.