Un rugido de victoria y una lágrima en la tribuna.
En Yokohama, donde el fútbol suele ser una fiesta de velocidad y precisión, el Liverpool no solo recuperó sensaciones con una victoria contundente (1-3) sobre el Yokohama F. Marinos. También ofreció algo más: una memoria viva, un homenaje que paralizó el estadio y encendió los corazones.
Después de una dura caída ante el Milan, el equipo de Arne Slot se reencontró con el balón. Florian Wirtz, recién llegado del Bayer Leverkusen, se estrenó como goleador red en apenas su segundo partido. Fue un gol con aroma a promesa: asistencia de Curtis Jones y definición con temple. Luego llegaron los tantos de Try Nyoni y Rio Nghumoha, dos jóvenes que están dejando huella en este pretemporada.
Pero el marcador fue solo un detalle en una noche donde el fútbol se vistió de luto y homenaje.
Antes del pitido inicial, Ian Rush, leyenda viva del club, caminó en silencio hacia uno de los fondos del estadio. Llevaba entre las manos una corona de flores. El gesto era claro: Diogo Jota no está olvidado. El delantero portugués, fallecido trágicamente en un accidente de tráfico, fue recordado por sus compañeros, por su afición… y por la historia.
🕊️ #LFC legend Ian Rush laid a floral tribute for Diogo Jota and Andre Silva ahead of kick-off#LFC 🔗https://t.co/nMacwYighK pic.twitter.com/tdnoNIssPc
— Liverpool FC News (@LivEchoLFC) July 30, 2025
El estadio entero se apagó.
Miles de luces móviles comenzaron a brillar como estrellas en duelo. Pancartas con su rostro, frases de aliento y hasta un canto unísono invocaron el espíritu del 20 del Liverpool. “Jota, you’ll never walk alone”, corearon. En sus camisetas, sus compañeros llevaban un corazón junto a su dorsal, como ya lo habían hecho ante el Milan.
Este tercer partido de pretemporada fue mucho más que un ensayo táctico. Fue un retrato del alma del Liverpool: ganar, sí… pero también sentir.