En Turín, la historia parecía escrita: Borussia Dortmund vencía 4-2 a falta de segundos para el final. El reloj marcaba el 90+4 y la Juventus estaba contra las cuerdas, condenada a una derrota dolorosa en la Champions League.
Entonces, ocurrió lo impensado. Primero, Dusan Vlahovic, quien ya había empatado minutos antes, marcó lo que parecía un gol de consolación en el último suspiro. La grada suspiró… pero no todo estaba dicho.
En el minuto 90+6, Lloyd Kelly, fichaje inglés que llegaba con dudas, se elevó en el aire y conectó un cabezazo perfecto al centro de Vlahovic. El balón se coló en las redes y el Allianz Stadium estalló. De la resignación al éxtasis, la Juve firmaba un 4-4 inolvidable.
Antes de esa locura final, el duelo había tenido tintes de montaña rusa. Según AFP y La Gazzetta dello Sport, Karim Adeyemi abrió la cuenta para el Dortmund en el 56’, despertando un partido apagado hasta entonces. La respuesta llegó con un golazo al ángulo de Kenan Yildiz, evocando la magia de Alessandro Del Piero.
Pero cada golpe tenía réplica. Felix Nmecha devolvió la ventaja alemana (58’), Vlahovic empató (68’), y Yan Couto castigó un error de Michele Di Gregorio (75’). Cuando Ramy Bensebaini transformó un penalti en el 86’, parecía la sentencia final.
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— UEFA Champions League (@ChampionsLeague) September 16, 2025
Sin embargo, la Juventus volvió a demostrar su carácter, como el fin de semana anterior frente al Inter. Y lo hizo con un guion digno de película: del abismo a la gloria, en cuestión de segundos.
