El PSG venció al Bayern y va por la gloria mundial

El PSG venció al Bayern y va por la gloria mundial

Del infierno a las semifinales: el PSG sobrevive a la batalla de Atlanta

El fútbol a veces se escribe como una tragedia clásica, otras como una epopeya griega. Y esta vez, en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, fue un thriller futbolístico. PSG y Bayern reeditaban la final de Champions, pero con un guión mucho más salvaje, de esos que te atrapan hasta el último segundo.

El Paris Saint-Germain logró lo que parecía imposible: eliminar al Bayern de Múnich en cuartos del Mundial de Clubes con un 2-0 que no solo fue merecido, sino casi heroico. Lo hizo con goles de Désiré Doué y Ousmane Dembélé, resistiendo con dos jugadores menos, tras las expulsiones de Pacho y Lucas Hernández. Fue una gesta marcada por la resiliencia, el sufrimiento… y por un error de Neuer que lo cambió todo.

Durante más de una hora, el partido fue una exhibición de reflejos entre dos titanes: Manuel Neuer y Gianluigi Donnarumma. Una muralla infranqueable que mantuvo el marcador en cero, mientras los ataques iban y venían en un ritmo frenético. Pero el fútbol, como la vida, se decide en detalles. Y el de Neuer fue fatal: un resbalón inoportuno ante el disparo cruzado de Doué al 78’, que rompió el equilibrio y abrió la puerta al drama.

El Bayern, que había comenzado dominando con Olise y un activo Musiala, perdió fuerza con la desafortunada lesión del joven alemán. Su tobillo cedió en una acción fortuita con Donnarumma, tiñendo de gris una noche que pedía luz bávara. Con Musiala fuera y los errores acumulándose, el PSG se aferró al carácter que le ha impregnado Luis Enrique.

La roja a Willian Pacho por una plancha a Goretzka, y luego la de Lucas Hernández por un codazo a Guerreiro, dejaron al PSG con nueve. Pero fue ahí cuando apareció Dembélé. Una flecha salida del banquillo que convirtió el contraataque en arte: primero estrelló una al travesaño, luego firmó el 2-0 tras una corrida letal y pase de Achraf.

El PSG no solo ganó. Se reivindicó. Se vengó de Lisboa 2020. Y lo hizo en el lugar menos pensado, en un Mundial de Clubes donde, al fin, quiere escribir su propia leyenda. El siguiente capítulo, en semifinales. ¿La gloria? A solo dos pasos.