La mañana del jueves comenzó con un golpe inesperado para el Liverpool. Arne Slot, su entrenador, había sido sancionado con dos partidos de suspensión tras su expulsión en el derbi contra el Everton. Sin embargo, en un giro surrealista, la Premier League borró el anuncio poco después, dejando al mundo del fútbol en vilo.
El preparador neerlandés se había acercado al árbitro Michael Oliver tras el tenso final en Goodison Park. Según el primer comunicado del ente liguero, Slot utilizó un lenguaje «ofensivo, insultante y abusivo«, lo que le costaba un castigo inmediato. Pero, de repente, la información desapareció. Sin explicaciones. Sin aclaraciones. Como si nunca hubiera existido.
Another angle of Arne Slot's red card tonight…
— Football on TNT Sports (@footballontnt) February 12, 2025
What did he say to Michael Oliver 🤝 pic.twitter.com/qzR376WKUw
El desconcierto se apoderó de la afición ‘red’. ¿Un error administrativo?¿Una rectificación en tiempo real? Lo cierto es que la ‘FA’ ha decidido tomarse tres días para revisar el informe arbitral antes de emitir un veredicto definitivo. Y mientras tanto, Slot podrá sentarse en el banquillo el domingo ante los Wolves, salvo que la Premier dicte lo contrario en el último minuto.
El caso evoca situaciones recientes en el fútbol europeo. En el Barcelona, por ejemplo, la expulsión de Hansi Flick ante el Betis derivó en que su asistente, Marcus Sorg, tomara las riendas en dos partidos clave, ambos terminados en derrota. Liverpool espera que, en su caso, el final de la historia sea distinto.
Por ahora, la sanción de Arne Slot sigue en el aire. ¿Un simple error burocrático o una estrategia encubierta? El domingo, en Anfield, se conocerá la respuesta.