Del dolor al quirófano: la batalla silenciosa de Rüdiger

Del dolor al quirófano: la batalla silenciosa de Rüdiger

La herida invisible de Rüdiger: operado tras la final y duda para el Mundial de Clubes

En una noche teñida de frustración para el Real Madrid, no solo el marcador fue adverso. Mientras el eterno rival celebraba, Antonio Rüdiger abandonaba el césped de La Cartuja con más que un vendaje: con una batalla interna entre el dolor físico y la responsabilidad. Aquel gesto de rabia contra el árbirtro, que le valió una expulsión, no fue el único episodio dramático de su final de Copa del Rey. Su rodilla ya hablaba con gritos sordos.

El club blanco ha confirmado que el defensor alemán ha sido operado con éxito de una rotura parcial en el menisco externo de su pierna derecha, una lesión que arrastraba desde hacía semanas, pero que no quiso mostrar hasta el último pitido. Mientras se debatía su sanción federativa, Rüdiger ya estaba en el quirófano. La urgencia no daba para más.

La decisión, tomada en conjunto con el cuerpo técnico y médico, responde a la necesidad de tenerlo a punto para el gran objetivo que aún queda en el horizonte: el Mundial de Clubes. Con el debut marcado para el 18 de junio ante Al Hilal, el margen de recuperación estimado entre seis y ocho semanas lo deja en el filo. Llegaría, como mucho, justo.

Su ausencia, de confirmarse, sería un nuevo desafío para una zaga que ya camina en la cuerda floja. La entrega de Rüdiger ha sido incuestionable, pero ahora el club deberá reinventarse otra vez, justo en el tramo más crítico de la temporada.

El Madrid no solo perdió una Copa. Perdió también a uno de sus guerreros.