La tarde en Moineux tuvo tintes de película. Tras una temporada gris, sin títulos y con más dudas que certezas, el Manchester City de Pep Guardiola reapareció como un monstruo dispuesto a recuperar su trono en la Premier League. Y la señal fue clara: 4-0 ante Wolverhampton. con Erling Haaland como verdugo, Reijnders como revelación y un nuevo guardián bajo los palos.
El escenario era incierto. El City, tras cuatro campeonatos consecutivos, había quedado tercero el curso pasado, vacío de trofeos por primera vez en ocho años (fuente: BBC Sport). Y en el aire flotaba el enigma de la portería: Ederson, ausente de la convocatoria, apunta a Turquía para fichar con Galatasaray. Mientras, Guardiola lanzó una apuesta arriesgada: James Trafford, joven arquero inglés, debutó en la élite del City tras volver de Burnley.
El inicio no fue sencillo. Wolves se adelantó con un cabezazo de Munetsi que encendió al estadio, pero el gol fue anulado por fuera de juego. Desde ahí, todo cambió. Reijnders, fichaje de 46-5 millones procedente del Milan, abrió el telón con un pase mágico de Rico Lewis, que habilitó a Haaland para el primero. Apenas tres minutos después, el neerlandés dibujó un disparo letal al fondo de la red.
El campeón noruego no se detuvo. Trafford, con serenidad y buen pie, inició la jugada del tercer gol: conexión rápida con Reijnders, pase preciso a Bobb y devolución quirúrgica para que Haaland firmara su doblete. El broche llegó con Rayan Cherki, sustituto del «9», que desde fuera del área sentenció con clase.
El 4-0 fue más que un triunfo: fue un mensaje. «Estamos de vuelta», parecía gritar cada pase, cada celebración, cada mirada de Guardiola en la banda. El City tiene pruebas mayores en el horizonte —Tottenham, Brighton, Arsenal y United—, pero su actuación recordó al equipo implacable que dominó Inglaterra.
Linda jornada para los debutantes 🔥 pic.twitter.com/X8lrcwXO0H
— Manchester City (@ManCityES) August 16, 2025
La Premier apenas comienza, pero Molineux fue testigo de un despertar. Y cuando el gigante despierta, todo el reino tiembla.
