Una final en tierra extranjera, un escudo herido, y una oportunidad de redención.
El Chelsea de Enzo Maresca ha llegado a Wroclaw, Polonia, con una misión tan clara como contundente: ganar la Conference League. La ciudad que se viste de gala para recibir la gran final entre los ‘Blues’ y el Real Betis ha sido el último destino de un viaje que comenzó lleno de dudas, lesiones y una profunda reconstrucción.
Pero este Chelsea ha sobrevivido. Y más que eso: ha evolucionado.
Training in Wroclaw. 😁 pic.twitter.com/OkXuLIIIQy
— Chelsea FC (@ChelseaFC) May 27, 2025
Apenas unas horas después de aterrizar, el equipo se dirigió directamente al estadio. Sin distracciones. La lista de convocados, de 23 nombres, revela una mezcla de talento joven, estrellas de renombre y piezas que regresan justo a tiempo. Reece James, Christopher Nkuku y Nicolas Jackson vuelven tras lesión o suspensión, reforzando un plantel que ha aprendido a vivir en la adversidad.
El retorno de líderes como Enzo Fernández y Caicedo en el mediocampo, junto a los incisivos Cole Palmer y Sancho en ataque, pinta una alineación peligrosa, versátil y, sobre todo, decidida.
Maresca no solo apostó por la experiencia, también por el futuro: Bergstrom, George, Acheampong y Amougou son ejemplos del relevo generacional que asoma en el club. Incluso jugadores no registrados como Bettinelli, Fofana o Lavia acompañan al grupo como parte del mensaje: todos importan. Todos cuentan.
En el lado defensivo, Badiashile, Cucurella, Gusto y Adarabioyo conforman una zaga que ha ganado solidez. No será una tarea fácil, pero Chelsea llega con todo su arsenal disponible y una mentalidad que suena a promesa: esta final no se escapa.
El Chelsea ha sufrido. Ha caído. Pero ahora, frente a una cita europea con sabor a redención, quiere levantarse como campeón. Porque cuando todo parecía perdido, en Polonia comienza un nuevo capítulo.
