Una caída con olor a Europa
Podía parecer un partido más en el calendario. Un trámite antes del gran duelo europeo. Pero el Brentford decidió convertirlo en una exhibición, y el Manchester United… en una pesadilla. Fue un 4-3 que no solo escandalizó por el marcador, sino por lo que representó: un equipo con la mirada perdida, otro con el orgullo encendido.
El United, que triunfó en San Mamés días antes (0-3 al Athletic), llegó a Londres pensando en Old Trafford y en el billete a la final de la Europa League. Todo lo demás, incluso la Premier League, parecía secundario. La alineación de Rúben Amorim lo dijo todo: media plantilla titular en el banquillo, nombres como Onana, Maguire, Casemiro y Bruno Fernandes relegados al descanso.
Y el Brentford no perdonó. Le mostró al United cómo puede ser el infierno cuando no se respeta la liga. Tras el gol de Mount que abría el marcador, vino el torbellino: un autogol de Luke Shaw, dos cabezazos letales de Schade, un gol colectivo coronado por Yoane Wissa… y un resultado que pudo ser peor si no es por el orgullo tardío de Garnacho y Diallo.
Fue un espejismo de remontada. Una derrota que deja más que dudas: retrata una estrategia peligrosa. Apostarlo todo a Europa puede salir caro. Sí, el United está a 180 minutos de un título continental y de volver a la Champions, pero en Inglaterra su presente es gris, casi irreconocible. Acumula seis partidos sin ganar en liga y camina por la cuerda floja de la mediocridad.
🗨️ "It was close to being a complete performance"
— Brentford FC (@BrentfordFC) May 4, 2025
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Rúben Amorim lo sabe. Sus jugadores también. La historia dice que el United es gigante. El presente, que vive de sueños europeos mientras se hunde en casa.