Un rugido en Birmingham que sacudió la Premier
Cuando el reloj aún no marcaba el primer minuto de juego, Ollie Watkins ya había encendido Villa Park con un gol que desató el frenesí. Fue el primer golpe de un partido que se sintió más como una declaración de guerra. El Aston Villa de Unai Emery no solo venció al Newcastle, lo destrozó: 4-1, con fútbol, carácter y una ambición que ya no esconde su objetivo.
A este equipo no le basta con soñar la Champions. La quiere. Y lo está gritando con cada victoria. Van cinco seguidas en Premier League y, tras lo vivido en la jornada 33, están a solo dos puntos del tercer puesto, todavía en manos de un Newcastle que llegó a Birmingham con cinco triunfos consecutivos… y se fue con una lección.
Todo comenzó con ese latigazo tempranero de Watkins a los 33 segundos, pero el empate llegó al 18′, cuando Fabian Schär cabeceó entre las piernas del Dibu Martínez. El Newcastle parecía reaccionar, pero fue un espejismo.
En la segunda parte, Emery ajustó piezas y su equipo se volvió una avalancha. Maatsen, asistido por un encendido Watkins, firmó el 2-1 al 64′. Después, un error de Dan Burn terminó en un autogol al 73′. Y ya sobre el cierre, Amadou Onana selló el 4-1 con un disparo desde fuera del área.
El Aston Villa no solo ha ganado 5 partidos seguidos, también ha anotado 14 goles en esa racha. Su fútbol, intenso y directo, refleja el sello de Emery, un técnico que parece haber transformado a los villanos en candidatos reales.
A falta de cinco jornadas, la lucha por los puestos Champions está al rojo vivo. Newcastle aún tiene el tercer lugar… pero lo siente cada vez más frágil. Y es que el Aston Villa no solo juega, ruge.