Así despidió Anfield a Trent Alexander-Arnold

Así despidió Anfield a Trent Alexander-Arnold

Anfield estalló, pero no fue por un gol. En el minuto 67 del duelo contra el Arsenal, cuando el cuarto árbitro levantó la tablilla, la ovación que se esperaba se convirtió en un eco de abucheos. Trent Alexander-Arnold, el niño de West Derby que creció con el escudo del Liverpool en el pecho, volvía a pisar el césped… pero esta vez como un futuro ex.

Solo a unos días de haber anunciado su salida al final de la temporada. A sus 26 años, el lateral derecho que debutó a los 18 y levantó la Champions y dos Premier Leagues con los Reds, decidió decir adiós. Y aunque su destino aún no es oficial, todos los caminos apuntan al Santiago Bernabéu y al Real Madrid.

Su retorno a casa fue amargo. Algunos aplaudieron. Otros, no. Hubo silbidos cuando tocaba el balón. Murmullos incómodos. Y un mensaje implícito: para una parte de la grada, la lealtad es más valiosa que los trofeos.

Andrew Robertson, su amigo y compañero, lo resumió con una mezcla de tristeza y comprensión: “No fue agradable verlo, pero no podemos decirle a la gente cómo sentirse. Lo quiero como jugador y como amigo. Lo voy a extrañar”.

Detrás del gesto también hay señales de un cambio generacional. Arne Slot, el nuevo técnico, apostó por el joven Conor Bradley desde el inicio. El norirlandés de 21 años recibió el respaldo de las gradas mientras el veterano era relegado al banquillo. Una escena simbólica que representa el cierre de un ciclo.

Jamie Carragher, leyenda del club, fue tajante: “Ningún jugador que se pone la camiseta del Liverpool debería ser abucheado por su propia afición. Lo entiendo, hay emociones, pero esto no ayuda a nadie”.

Este domingo no fue un partido cualquiera. Fue un capítulo emocional, incómodo y revelador. Una historia donde el fútbol y la identidad chocan. Y donde un hijo de Anfield fue juzgado por su decisión de marcharse, como si el pasado pudiera borrarse con un silbido.