Una batalla sin ganador: Madrid y Atleti, atrapados en un eterno pulso
El derbi madrileño nunca es un simple partido. Es una guerra sin tregua, una historia escrita en sangre y sudor que cada temporada añade un nuevo capítulo a su saga. Pero esta vez, el relato no encontró un vencedor. Real Madrid y Atlético de Madrid se midieron en un choque que lo tuvo todo: tensión, polémica y emociones desbordadas. Un duelo sin dueño, un enfrentamiento que se resolvió con un empate (1-1) que dejó todo como estaba.
Desde el primer minuto, el Santiago Bernabéu fue testigo de una danza feroz entre dos estilos opuestos. El Madrid, con su elegante dominio, fue imponiendo su juego, mientras que el Atlético, con la fiereza de un equipo curtido en la batalla, apostó por la paciencia y la contundencia. Los primeros 20 minutos fueron de estudio, de medir fuerzas, de buscar el error ajeno. Pero cuando el Madrid comenzaba a inclinar la balanza, un giro del destino lo cambió todo.
Lucas Vázquez perdió un balón clave, Samuel Lino lo aprovechó y Tchouaméni, en un forcejeo polémico, terminó cometiendo un penalti que el VAR no dejó pasar. Julián Álvarez, con una frialdad de veterano, convirtió la pena máxima y el Atlético tomó la ventaja en el minuto 35.
El gol hizo tambalear al Madrid, que por momentos pareció al borde del colapso. Sin embargo, si algo define al equipo de Ancelotti es su capacidad de resurgir. En la segunda mitad, apenas cinco minutos bastaron para reescribir la historia. Rodrygo desbordó, Bellingham remató y, tras un rebote, apareció Kylian Mbappé para hacer estallar al Bernabéu con el gol del empate.
A partir de ahí, el duelo se convirtió en una toma y daca sin respiro. Vinicius, eléctrico, hizo temblar el área rival. Oblak, gigante, sostuvo al Atlético en los momentos más críticos. Y cuando el reloj agonizaba, Julián Álvarez y Griezmann tuvieron en sus botas la oportunidad de asaltar el Bernabéu. Pero el destino ya había dictado su veredicto: empate y un punto para cada uno.
Un derbi que comenzó antes del silbatazo inicial, con polémicas y declaraciones cruzadas, y que terminó con un empate que deja la Liga en el mismo punto. Madrid y Atlético se miraron a los ojos y, aunque ambos quisieron derribar al otro, ninguno logró el golpe definitivo. En la batalla por la capital, esta vez, nadie pudo reclamar la victoria.