Hubo un tiempo en que pisar OldTrafford era un desafío temido, un acto casi suicida para cualquier equipo visitante. Hoy, es un escenario que inspira a los rivales y desespera a los locales. El Crystal Palace lo demostró con crudeza, asaltando sin piedad el ‘Teatro de los Sueños’ y dejando al Manchester United al borde del abismo.
Rúben Amorim llegó hace más de dos meses con la promesa de levantar un proyecto caído, pero el tiempo avanza y los ‘Red Devils‘ siguen sin respuesta. Esta vez, cayeron 0-2 ante un Palace que apenas se encontraba en la 13ª posición de la tabla. Un doblete de Jean-Phillippe Mateta sentenció un partido en el que el United no solo perdió puntos, sino también a Lisandro Martínez, una pieza clave que abandonó el campo en camilla y entra lágrimas.
Un equipo sin alma y un golpe letal
Desde el arranque, el United mostró sus carencias ofensivas. Amorim, en una apuesta arriesgada, dejó a sus delanteros en el banquillo y usó a Kobbie Mainoo, un mediocampista, como falso ‘9’. La jugada no funcionó. Alejandro Garnacho lo intentó por la banda, pero sin un rematador natural, cada aproximación se perdió en la nada.
El Palace, en cambio, supo esperar su momento. Mateta, oportunista, aprovechó un rechace tras un cabezazo al larguero para marcar el 0-1. Y cuando el United intentaba recomponerse, otro golpe: Lisandro Martínez sufrió una grave lesión en la rodilla y se retiró con gestos de dolor.
Our hearts break for you, Licha 💔
— Manchester United (@ManUtd) February 2, 2025
We'll be with you during your recovery and know you'll be back stronger.#MUFC pic.twitter.com/1DjF5QtwgZ
Con el equipo emocionalmente tocado, llegó la sentencia. En el tiempo de compensación, Mateta volvió a aparecer, firmando el 0-2 y dejando en silencio a un Old Trafford que ya se ha acostumbrado a la decepción.
El United, al borde del fracaso
El United suma su novena derrota en los últimos 13 partidos de Premier League. Un equipo sin rumbo, con decisiones tácticas cuestionables y una Europa que se aleja cada vez más. Amorim, en sus primeros 71 días, ha empezado a moldear la plantilla a su gusto, pero el resultado sigue siendo el mismo: un United irreconocible, que ha convertido su propia casa en un campo de caza para sus rivales.
