El Real Madrid y su cita con el destino: Un triunfo que no bastó
La noche en Gungamp tuvo el aroma de la épica, pero el desenlace quedó a medias. El Real Madrid cumplió con su parte del trato: una victoria contundente (0-3) ante el Brest, la revelación de la Champions, pero la fortuna no estuvo de su lado. No hubo milagros en otros estadios y el boleto directo a octavos de final se esfumó. Ahora, su camino sigue, pero tendrá que recorrer el purgatorio del ‘play off’, con el riesgo de cruzarse con el imponente Manchester City o el modesto pero aguerrido Celtic.
Una primera mitad con sobresaltos
Desde el pitido inicial, el Real Madrid sabía que debía ganar con autoridad y esperar el desenlace en otras canchas. Pero el Brest no se presentó como un mero espectador. Los franceses, con la oportunidad de hacer historia, presionaron y generaron peligro en el área merengue, obligando a Courtois a intervenir en más de una ocasión.
Mbappé, acostumbrado a ser la estrella, arrancó con energía, pero la puntería le falló. En su lugar, emergió Rodrygo. El brasileño, cuando juega con libertad por la izquierda, recuerda a aquellos cracks que definen partidos por sí solos. Con un doblete, marcó el destino del partido y silenció el Stade de Roudourou.
La carrera contra el tiempo y el destino
Con la victoria asegurada, la misión cambió. El Real Madrid necesitaba más goles y miraba de reojo otros marcadores. Cada tanto en otros estadios alteraba la ecuación, acercando o alejando la clasificación directa. Los blancos llegaron a estar a solo dos goles del milagro, pero el desenlace no les favoreció.
Bellingham, omnipresente en defensa y ataque, amplió la ventaja con una gran definición. Mbappé lo intentó hasta el final, pero el gol le fue esquivo. La sentencia llegó con el oportunismo de Rodrygo, quien selló su doblete cazando un rebote tras un disparo del francés.
La moneda sigue en el aire
El Real Madrid ganó, pero la suerte no le sonrió. Ahora, su futuro en la Champions dependerá del sorteo del viernes. ¿Celtic o Manchester City? Un abismo separa ambos destinos. Lo que es seguro es que si el Madrid juega como en sus últimos encuentros, su rival será el que deba preocuparse. Porque si algo ha demostrado este equipo es que, cuando el desafío es mayor, la historia suele estar de su lado.