El Real Madrid visitó Anfield con la misión de reafirmar su candidatura europea. Pero la historia fue otra. El Liverpool impuso su ley, su ritmo y su fe. El gol de Alexis Mac Allister fue apenas el reflejo de un dominio que rozó el abuso, contenido solo por la inmensidad de Thibaut Courtois.
El belga volvió a firmar una de esas actuaciones que quedan grabadas en la retina. Ocho paradas, todas decisivas, mantuvieron con vida a un Real Madrid irreconocible, pasivo y sin alma. Desde los primeros minutos, los de Arne Slot impusieron una presión asfixiante que desarmó al equipo de Xabi Alonso, incapaz de conectar su mediocampo con los delanteros.
𝑺𝒛𝒐𝒃𝒐𝒔𝒛𝒍𝒂𝒊 lo inventa, 𝑴𝒂𝒄 𝑨𝒍𝒍𝒊𝒔𝒕𝒆𝒓 lo certifica.
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El Liverpool doblega al Real Madrid en Anfield. (1-0)#UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/RrRUzuzQgh
El encuentro dejó un aviso claro: la distancia competitiva entre ambos fue evidente. Mientras el Liverpool jugó con ritmo e intensidad, el Madrid se vio superado en todos los duelos, especialmente en balón parado, donde volvió a mostrar una preocupante fragilidad.
Mbappé pasó inadvertido, Vinicius fue la única chispa ofensiva, y Huijsen pagó la inexperiencia en un escenario de máxima exigencia. Solo Courtois estuvo a la altura de Anfield.
El recibimiento de Anfield a Trent Alexander-Arnold. #UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/MM98k2jRxq
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El marcador final (1-0) fue un mal menor. Pero también una alerta seria: este Madrid aún no ha aprendido a dominar fuera de casa ante los grandes.